En el día del Bicentenario del paso a la inmortalidad del Gral. Martín Miguel de Güemes, los invitamos a que reflexionemos juntos sobre nuestra realidad con un escrito que nos envía un lector
EL PONCHO NO SE MANCHA!
Repitieron y repiten aún hoy cual gran slogan que pretende identificar un hartazgo que ya casi tiende a explotar.
Desde una campaña política incipiente y que se hace sentir con más fuerza a punto tal que ya casi la “pandemia” se fue y cualquiera es libre de cualquier tipo de contagio, se pasean candidatos y voceros de candidatos agitando a la población mediante un discurso demagógico intentando exacerbar los ánimos ya agotados de un pueblo que sufre y padece cada gestión gubernamtal sea del color que sea.
¡EL PONCHO NO SE MANCHA! Repetimos una y otra vez desaprobando a cuanto funcionario y gestión se nos cruza… ¡PERDON MI GENERAL! Parafraseamos una y otra vez sosteniendo la bronca y la decepción que parecen no tener fin al ver que nos mienten en la cara una y otra vez.
¡SI GÜEMES VIVIERA LOS PONDRIA A TODOS A TRABAJAR!
¿Por qué jugar al adivino creyendo que alguien que ya no está haría lo que a nosotros se nos ocurra solo por satisfacer nuestro enojo…?
Ahora bien ¿no será que al poncho ya lo manchamos desde hace mucho tiempo? ¿acaso no matamos la memoria de nuestro prócer y nuestros próceres desde hace ya muchos años? ¿Por qué siempre miramos la paja del ojo ajeno y no la viga que hay en el nuestro?
¿No será que al poncho lo manchamos cuando nos levantamos renegando de tener un trabajo que otro no tiene?
¿No será que manchamos el poncho cuando ni siquera somos capaces de cantar el himno nacional en algún acto?
¿Acaso no manchamos el poncho cuando con la excusa de “son todos los mismos,” vamos a votar a los “mismos de siempre” aún sabiendo que son deshonestos y los seguimos dejando en el poder y nos nos informamos y tomamos verdadera conciencia de un acto electoral?
¿No será que manchamos el poncho y destruimos la memoria de nuestros próceres cuando no somos solidarios ni siquiera cediendo el asiento en el colectivo?
¿No será que manchamos el poncho y la memoria de nuestros próceres cuando al ir por la calle no somos capaces de cuidar que nuestra basura vaya al lugar correcto y no al piso “porque para eso están los recolectores?”
Renegamos inútilmente de tantas cosas que las tenemos por consecuencia de nuestras propias acciones y no nos hacemos cargo de nada.
¡Ah claro! ¡Yo no fui, fue aquel! ¡Yo, argentino! ¡A mi no me metas en esto! ¡No sabes con quién estás hablando! Y tantas frases incorporadas erróneamente para justificar nuestras malas acciones y decisiones.
Nuestros próceres pelearon por una patria justa, solidaria, honesta, responsable, pero sobre todo, unida, y eso se logra desde los pequeños detalles, desde lo cotidiano, desde cada lugar, pero sobre todo haciéndonos cargo de nuestros actos y comportándonos de manera sensata con el que tenemos al lado. Así, simple y sin vueltas.
Pregunto en definitiva ¿El poncho lo mancha el otro? ¿O lo manchamos cada uno y no nos hacemos cargo?
Una reflexión ciudadana de José Zulca