Por Ernesto Bisceglia: En el mes de agosto de hace poco más de tres años publiqué en mi Muro de Facebook -luego publicada por el Diario El Tribuno- una “Carta Abierta” al entonces Procurador, el Dr. Abel Cornejo, expresando mi preocupación personal y atribuyéndome el sentir de todo un Pueblo –Vaqueros- que todavía busca una explicación ante el nefando crimen del que fuera objeto la vecina, Jimena Salas
En el mes de agosto de hace poco más de tres años publiqué en mi Muro de Facebook -luego publicada por el Diario El Tribuno- una “Carta Abierta” al entonces Procurador, el Dr. Abel Cornejo, expresando mi preocupación personal y atribuyéndome el sentir de todo un Pueblo –Vaqueros- que todavía busca una explicación ante el nefando crimen del que fuera objeto la vecina, Jimena Salas.
En aquellas letras expresaba en orden a sus declaraciones e intenciones anticipadas de reordenar el aparato fiscal, la esperanza que nos albergaban aquellas expresiones suyas. Sin embargo, sólo se cambiaron algunos peones en el tablero y Salas, las Turistas, las chicas del árbol…, todas continúan esa espera “ad aeternum” de que la Justicia de los hombres mueva su Balanza.
En el mes de agosto del año 2020, publicaba –justo a un año de la primera- otra Carta Abierta titulada: “No pasa nada: A un año de la Carta Abierta al Procurador, Dr. Abel Cornejo sobre el caso de Jimena Salas”, y hoy, en agosto del 2023, lamentablemente, Dr. Cornejo, debemos repetir que “NO PASA NADA”.
Lejos de mi intención y seguramente la de los vecinos está el convertir estas líneas en un polígono de tiro al chancho, sino que, en uso y convicción de la Libertad de Expresión y al amparo de nuestra Constitución Nacional, como ser humano primero, como ciudadano y como vecino de Vaqueros, vengo a exigir las explicaciones que este caso –y todos- nos ameritan reclamar.
Porque, verá Dr. Cornejo, el crimen de Jimena Salas es nada más que uno entre los infames femicidios que hemos visto acontecer desde julio de hace once años, y sabe muy bien a qué y a quiénes me refiero. Huelga abundar en detalles.
Como ciudadanos, asistimos sentados en la platea viendo transcurrir la ópera bufa en que han convertido a la política, la más sana de las actividades humanas. Y sinceramente, no queremos más chufleteros proponiéndose como “candidatos a…”, sino hombres y mujeres de valía, imbuidos de Categorías y Valores superiores.
Sabemos de sus aspiraciones políticas que celebramos como legítimas y estaríamos hasta gustosos de apoyar sabiéndonos honrados por un Representante al Congreso de la Nación que llega con las manos llenas de obras y no con la boca llena de promesas.
Apelo a su sentido del honor que conozco desde los tiempos de aulas compartidas; así como de sus afanes güemesianos que también compartimos, y precisamente, ese Bronce Gaucho que honramos nos interpela, a Usted, Dr. Cornejo, a mí, a todos los salteños, diciéndonos de que es llegada la hora en que nos sacudamos la hipocresía que como una pátina de óxido mantiene inmovilizada a nuestra sociedad. Nos interpela apurándonos a blandir el sable de la Justicia, porque sin Justicia nada tenemos sino la puerta abierta al caos y al odio entre hermanos. Nos interpela a llegar a la Verdad, porque sólo “La Verdad os hará Libres”, reza la sentencia joánica (Jn. 8, 32).
Son tiempos de Balance, mi estimado Dr. Cornejo, y diremos con el Escriba aquella advertencia del Libro de la Revelación: “¡El Tiempo está cerca!”.
Ha de ser ése el Tiempo en que la Balanza de la Justicia equilibre este desastre que en que nos vemos hundidos, y Usted, Dr. Cornejo, que hoy ostenta la máxima autoridad en un Ministerio grave para la sociedad, tiene en sus manos el hacer cumplir el mandato de Ulpiano en el Digesto: “Honeste vivere, Alterum non laedere, Suum cuique tribuere.” (Vivir honestamente, No dañar a otro y Dar a cada uno lo suyo”.
Vengo a reclamar una vez más el silencio y el fracaso del Sistema judicial y Político ante la infamia, el ocultamiento y la incapacidad de resolver todos estos casos truculentos, preguntándonos con Cicerón y parafraseándolo: “Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?”; y así decimos también ¿Hasta cuándo abusarán los políticos de nuestra paciencia?
¿Hasta cuándo abusarán los políticos de nuestra paciencia?
Mi Estimado Dr. Abel Cornejo, nos debemos al homenaje de nuestros Grandes Muertos, pero también –y sobre todo- a la Justicia de nuestros Muertos contemporáneos, diarios.
Sabe Usted muy bien, Estimado Dr. Cornejo, que hoy Usted tiene la posibilidad de pasar a la historia gravando su nombre en letras de molde doradas como el que le entregó a su Pueblo, sino las cabezas de los responsables, por lo menos la VERDAD.
Pero también sepa que tiene la posibilidad de pasar a la historia como uno más que prometió y no pudo cumplir con esa VERDAD, yéndose a la noche de los tiempos perseguido por la sombra de la sospecha popular cuyo juicio es inexorable sobre su incapacidad o su complicidad, de acción u omisión.
¿Será Justicia?
Reciba, Dr. Cornejo mi siempre respetuoso saludo y disposición a colaborar. Dios lo guarde.