El único legislador salteño que aún no tendría su voto definido en el tratamiento de la ley de despenalización del aborto que comenzará a tratarse en la Cámara Baja Nacional es Lucas Godoy. Mientras sus pares ya han manifestados sus posturas entre celestes y verdes, Godoy mantiene una pugna interna entre su obediencia al partido y su propia conciencia
Seguramente es muy difícil estar en los zapatos de algunos legisladores que deberán tratar en estos días la ley que la ciudadanía argentina ya ha rechazado hace muy poco tiempo y que estará en el recinto por la decisión presidencial de “cumplir con la promesa de campaña”
LEYES CONTRADICTORIAS
El propio presidente Fernández tuvo que recurrir a un ardid propio de Maquiavelo al enviar dos leyes totalmente contrapuestas. Por un lado, en una de ellas se acepta la vida humana a partir de la concepción y por ello debe ser protegida por el Estado al menos por los primeros 1000 días; sin embargo, en el otro proyecto de ley tira por el suelo esa premisa y convierte a la concepción en un simple accidente o como dijo el ministro de salud nacional en un simple “fenómeno” donde la madre puede terminar esa vida cuando mejor le parezca por diferentes motivos y ubica en una muy difícil situación a todo el sistema sanitario argentino; sobre todo en las actuales circunstancias donde, evidentemente, ha dado muestras claras de su debilidad en el presente año. Un proyecto tiene razones científicas claramente establecidas, el otro se basa en una idea netamente política de un sector de la sociedad que dice representar a “todas las mujeres argentinas”. Aprobar ambas iniciativas sería algo así como, y esto no tiene connotación religiosa, querer “quedar bien con Dios y con el diablo”, buscando satisfacer a celestes y verdes sin tener en cuenta que se trata de vidas humanas.
PRESIONES
En esta disyuntivas se ha puesto a los legisladores argentinos quienes reciben presiones de ambos sectores y fundamentalmente de sus propias conciencias para determinar si se inclinan por una u otra postura. Desde el oficialismo y desde los medios hegemónicos se han unido, quizás en el único tema en el que se han puesto de acuerdo en esta gestión, para lograr “que sea ley”; no obstante ello, la presión de gran parte de la ciudadanía argentina ha rechazado y sigue rechazando la propuesta mediante multitudinarias marchas. Se espera que la presión política y mediática, y más aún económica no sea la que incline la balanza en los votos de los legisladores.
NO ESTÁ TODO DICHO
Se puede percibir cierta preocupación en los sectores pro aborto que suponían hasta hace algunas semanas que sería un simple trámite y contaban “las cabras antes de la parición”; en el incremento de las presiones a la que son sometidos los legisladores de todo el país. Hoy por hoy, el oficialismo no tiene asegurado el resultado; de ahí la importancia que tiene el voto del legislador salteño al cual se lo contaba dentro del sector verde y que ha manifestado sus dudas en los últimos tiempos, prefiriendo no dar a conocer su postura final
LA POSICIÓN DE LOS SALTEÑOS
Es dable reconocer que la sociedad salteña, tildada como pacata y conservadora, es mayormente celeste; como lo demostraron las marchas recientes en toda la provincia, que aunque no fueron reflejadas por los medios “hegemónicos” tuvieron amplia repercusión en las redes sociales, sitios que ahora se han convertido en los verdaderos difusores de la realidad argentina ante la falta de imparcialidad de los medios otrora “marcadores de agenda”
En este contexto Lucas Godoy y su voto pueden ser vitales para una u otra causa, por ello es que la ciudadanía espera su definición.
Los demás legisladores salteños con posturas definidas
Los que votarían a favor de la despenalización del aborto son: Verónica Caliva, Alcira Figueroa y Nora Giménez
Los que están en contra: Martín Grande, Miguel Nanni, Virginia Cornejo, Andrés Zotto, Juan Carlos Romero y Sergio Leavy